Baraja hace una firme defensa de su vestidor muy joven, obligado a madurar en la mosca, y pide ver las cosas positivas del sorteo gris sin goles entre Valencia y Celta. Ni pesimista ni optimista, aboga por poner realismo y avanzar con pasos cortos pero seguros
El entrenador del Valencia CF, Rubén Baraja, ha mostrado un discurso de abrumador realismo en su aparición ante los medios de comunicación justo después del empate sin goles contra el RC Celta de Vigo el día 14 de LaLiga EA Sports. El equipo está instalado en medio de la mesa, más cerca de Europa que de la relegación que sus rivales marcan en la sesión después de la cena de este sábado y, todo esto, lo está haciendo con un grupo extremadamente joven que no ayuda al primer equipo, sino que forma la espina dorsal del tipo once. Así ‘Pipo’ hace clara su prioridad en este aprendizaje constante al que su escuadra sin barba está sometida: añadir, ganar fuerza, aprender y mejorar.
Baraja aseguró que aunque siempre buscan ganar, “la adición es siempre positiva” porque “es el primer objetivo” de este Valencia CF en construcción. Comprende que algunos pueden ver la botella medio vacía porque, como señaló Rafa Benítez, las posibilidades más claras eran para el Celta; porque Valencia no sabía cómo gobernar el partido, un corredor de calle; y porque han ido dos juegos seguidos sin ganar, después del 5-1 contra el Real Madrid y el 0-0 de hoy. Sin embargo, cree que es importante ver las cosas buenas que hace este grupo, incluso cuando no ganan. Un discurso de defensa a toda costa de un entrenador hacia los jugadores obligados a madurar a un ritmo forzado.