Otro día en la oficina, así. Un día más de lo que estamos acostumbrados a vivir. Once del primer equipo y sus pocos sustitutos saltan a un campo de juego donde el rival e incluso los once que juegan no importan.
Diego Alonso no hace cosas locas, no hay full-backs jugando como mediocampista, no existen interiores o aletas jugando en el centro y pone al que parece jugar como portero bajo el objetivo. Además, siempre pone once jugadores en el campo, ni 10 ni 12, y en los cambios no comete un error poniendo al equipo en el terreno para cualquiera de los de la noche pasada en rojo…
Poco más se puede hacer…
¿De qué se trata todo esto? ¿No es obvio? La situación no tiene remedio para el fútbol; Lopetegui se fue, lo despidieron, Sampaoli lo mismo, Mendilibar lo mismo y si no miramos mucho más atrás, tantos entrenadores que han llegado con una supuesta varilla mágica y la magia ha salido para todos ellos porque el problema es tan grande que el Celta era demasiado pequeño para dedicarle una crónica de solo fútbol. Y sin embargo, gracias.
Si volvemos a centrarnos en la hierba, el resumen es una vez más muy simple: con un portero de segundo o tercer nivel y tres de segunda división adelante no se puede competir en la primera división. Ayer más de lo mismo y un rechazo que impulsa a En Nesyri que salió del banquillo porque ha estado en desastre continuo durante 3 años, fue suficiente para que rescatáramos un punto que esperamos nos dará salvación al final de la temporada. Mientras tanto, no dejemos que el vaporista del Arsenal haga mucho daño, dejemos que el derbi sea lo que tiene que ser y esperemos a ver si Diego Alonso continúa, se despide, o se deja aburrido e impotente.
¿De los demás? Reitero mis palabras: absolutamente todo el mundo es superfluo. O abrimos las puertas del armario, y con cada jugador del primer equipo un líder actual deja las manos y nuevas y emocionantes caras entran en todas las áreas o acabaremos cayendo en el agujero negro de HYPERMOTION… y no hay “emoción”, ni dinero y con los números que tenemos… podemos ser capturados adiós confesado.
Yo sigo siendo negativo, pero lo cierto es que el equipo no presenta ni una pequeña mejora, porque es imposible; jugadores malos, jugadores peores y ex futbolistas que insisten en seguir así. Y mientras tanto, Diego Alonso intenta justificar su sueldo…
Y me voy, recordando las palabras de Ocampos al final del partido diciendo que si este arbitraje se hizo con nosotros estaríamos muy enojados. Debe haber sentido algo en el campo… de todos modos… ser bueno y no sufrir demasiado porque lo peor aún está por venir.